jueves, 11 de abril de 2013

Acorralados


Creo que el personaje ficticio de John Rambo de la película First Blood (acorralado), interpretado por Sylvester Stallone, ejemplifica a modo de parábola la situación actual de miles de personas en el mundo.

Rambo, un condecorado miembro de las fuerzas especiales, y veterano de la Guerra de Vietnam, a su vuelta no consigue adaptarse a la vida civil viéndose condenado a vagabundear por los Estados Unidos. Tratando de reencontrarse con sus pocos antiguos compañeros de unidad que sobrevivieron descubre que ya nadie queda con vida.

En su continuo deambular llega a un tranquilo pueblo de Washington llamado Hope (esperanza) y allí es vilipendiado por el Sheriff del lugar. Detenido y enviado a comisaría, cuando los policías le duchan se descubre que el personaje fue prisionero de guerra y torturado por sus captores, lo que le ha dejado importantes secuelas físicas y psíquicas, como lo demuestra el hecho de que al ser afeitado por uno de los policías Rambo rememora una de sus experiencias traumáticas, lo que le hace golpear a los policías y huir del lugar. 

Estos le perseguirán, comenzando así una cacería contra un hombre bien preparado que no ha cometido ningún crimen y que desembocará en la muerte accidental de uno de los policías. Este es el punto de inflexión, el detonante por el cual Rambo deja de ser la presa para convertirse en el cazador. El Coronel Trautmann, antiguo jefe de Rambo, se presenta en el pueblo recomendando al Sheriff que no le presionen más y simplemente le dejen irse, pero hacen caso omiso y al final el tranquilo pueblo se transforma en un conflicto que desborda a todos excepto a Rambo.

Rambo son los trabajadores, los empresarios, los estudiantes, los funcionarios, los profesionales, los afectados por la especulación y los fraudes y el trabajo sucio sobre el que se yerguen los Estados. Buenos ciudadanos que no han hecho daño a nadie cuyo único crimen ha sido luchar y aguantar lo que les echasen. Una crisis, una guerra de Vietnam, injusta e incomprensible. Un Sheriff que se cree por encima del bien y del mal, ajeno a la realidad, con chulería y prepotencia y un Coronel, la voz de la experiencia, a quien nadie le hace caso. Una presión y crispación continua, una moral por los suelos y un sujeto que al final no tiene nada que perder. 

Creo que más que Crisis ninja, se debería de haber hablado de la Crisis Acorralado: los miles de Rambos olvidados que solo pueden limitarse a añorar tiempos mejores pero sin perder la esperanza.

Como decía Rambo al final de la película ‘’Allí manejaba aviones, conducía tanques, tenía a mi cargo millones de dólares en equipo. ¡Aquí ni siquiera me dan trabajo de lavacoches!’’


                                                                  Mejor no mirar atrás

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