Desmontando Star Wars
¿Te gusta Star Wars? Si no has visto las películas te
recomiendo que no lo leas. Si tu respuesta es un sí, léelo y míralas de nuevo,
para poderlas ver con nuevos ojos. Una oportunidad única de redescubrir una
saga con la que han crecido y soñado varias generaciones. Una vuelta de tuerca, con mucho humor y mala leche, a una historia conocida prácticamente por todos.
En ocasiones, cuando una historia cuenta con suficiente
trasfondo y referencias, trasciende de la simple ficción y acaba convirtiéndose
en objeto de estudio. Este podría ser el caso de la Guerra de las Galaxias,
convertida en fenómeno social desde el estreno de la primera película en 1977
(con gente que ha fundado hasta una religión, el jedismo) y que estrena nueva
película el 18 de diciembre de 2015 (la séptima).
Para la realización de estas películas, George Lucas (el
padre de la saga) se inspiró en múltiples elementos como lo son: el papel
opresor de los imperios, el auge del fascismo y la destrucción de la democracia,
los samuráis, elementos filosóficos del taoísmo y del budismo, o la caída y
persecución de los miembros de la Orden de los caballeros Templarios. Como
vemos, son muchas las ideas que se van entremezclando en este macro-cuento que
es “Star Wars”.
Lo curioso de todo ello son las teorías y los análisis que
han ido apareciendo cada año (y lo siguen haciendo). Desde manuales que
analizan la moralidad y la psicología de los personajes, hasta la aparente
religiosidad de los mismos, sistemas económicos o defensa de los valores de
cada uno de los bandos que se enfrentan en esta saga. Son varios los puntos en
los que me voy a detener en base a los siguientes artículos (omito los títulos
para no adelantar acontecimientos): un artículo de 2002, escrito por Jonhatan
V. Last para “Weekly Standard; un artículo de Sonny Bunch de 2015 para “Washington
Post”; un artículo de Confortably Smug para “Decider”; y información que circula por “Reddit”. Para
ello solo se sirven de la información contenida en las películas.
En primer lugar debe hablarse del problema de la República
Galáctica, controlada por un Senado que representa a miles de planetas, todo
ello dirigido por un Canciller elegido democráticamente, pero con un poder muy
limitado. Además la corrupción está generalizada y la burocracia asfixia al
sistema. Esto se traduce en una inoperatividad hasta el punto de no poder
impedir las agresiones entre miembros de la propia República.
Esta República Galáctica no cuenta con una fuerza permanente para
el mantenimiento de la paz (un ejército, vamos). Solo cuentan con la ayuda de
un grupo de guerreros, los caballeros Jedi, que son una fuerza autónoma que en
ocasiones colaboran con el Senado para evitar conflictos. Pero el número de
caballeros es muy bajo (son apenas unos miles) lo que impide garantizar la
seguridad de los planetas de la República.
Los caballeros Jedi son presentados como grandes héroes. Son
parte de una combinación de movimiento religioso y aparente milicia
democrática, cuya filosofía cree en un concepto denominado “la fuerza”: una
energía mística de la que proviene su poder y que les permite desarrollar una
serie de habilidades tales como telekinesis o potenciar sus habilidades físicas.
Existe un movimiento contrario y presentado como maligno conocido como Sith.
Por medio de este culto, los Jedi intentan adoctrinar al pueblo y fomentar el
uso de la fuerza, esa energía que estaría al alcance de cualquier adepto
correctamente entrenado, lo que sería perfecto sino fuese porque es
completamente falso.
La fuerza no está al alcance de cualquiera, por mucho
entrenamiento y estudio que se tenga. La capacidad para manipular la fuerza no
depende de habilidad, sino de unos microorganismos simbióticos llamados “midiclorianos”
(como se explica en la película de la “Amenaza fantasma”) que se encuentran en
el flujo sanguíneo de algunas personas (lo que estaría asociado a su carga
genética). Por lo tanto la Orden de los caballeros Jedi no es una milicia
democrática, sino un grupo nobiliario. Un lobby cuyo acceso queda limitado a la
tenencia o no de midiclorianos en la sangre.
Será este el punto decisivo para la admisión a tan selecto
grupo de un personaje que se convertirá en clave para esta historia: Anakin
Skywalker, futuro Darth Vader, un niño esclavo (contradicción el que exista
esclavitud en un sistema democrático) “el elegido” que devolverá el equilibrio
a la fuerza. Debe mencionarse que el encuentro con él no habría sido posible
sin otro personaje que es odiado por la gran mayoría: Jar Jar Binks, una
especie de anfibio humanoide, que es presentado como un completo idiota, pero
¿lo es realmente?
Son varios los momentos que hacen sospechar que podríamos
encontrarnos ante una teoría plausible: Jar Jar es un Sith. En primer lugar
exhibe destrezas físicas que ningún otro miembro de su especie parece poseer
(ejecutando un salto antes de sumergirse en el agua) o simplemente desembarazándose
de varios androides enemigos de una manera que aparenta ser cobardía pero que
podría ser perfectamente un estilo de lucha similar a la del “luchador borracho”.
Por otra parte parece tener de cierta habilidad de control mental, pues
constantemente mueves las manos de una manera “peculiar” como si estuviese
realizando alguna clase de truco para embaucar (como se vería en la película “Una
nueva esperanza” por parte de Obi Wan Kenobi). Esto podría ser achacable a la
buena suerte, pero de manera tan habitual parece ser difícilmente creíble (además
esos ojos amarillos que tiene como todo buen Sith, deja abierto el hueco a la
imaginación).
En el “Ataque de los clones”, aparece un renegado
caballero Jedi, el Conde Dooku, otro conspirador clave en la saga. Lidera un
movimiento secesionista de planetas, que desembocará en una guerra galáctica,
la cual servirá de excusa para el establecimiento de un ejército permanente de
la República: el ejército clon, el cual había sido encargado por él diez años
antes a un poderoso planeta industrial. Además este ejército será clave para la
caída de la República y de la orden los caballeros Jedi.
Volviendo a Jar Jar, son muchos los detractores de este personaje,
considerado por la mayoría como un
payaso, pero lo cierto es que es decisivo para la historia, pues gracias a él
se establece contacto con Anakin Skywalker (futuro Darth Vader, encargado de
minar la orden Jedi desde dentro) y facilita el acceso del senador Palpatine,
quien ya era Canciller, al pooder absoluto mediante el discurso de Jar Jar ante
el Senado, gracias a lo cual se convierte en Emperador. Por lo tanto ¿es
realmente un idiota o una de las mentes maestras detrás de la caída de la
República?
Tras asistir al fin de la vieja República en “La
venganza de los Sith” con la ejecución de la Orden 66, que supone la
erradicación de los Jedi y su cacería a través de la galaxia, de la creación
del Imperio galáctico no se explica nada, ni de la transición entre ambos
modelos. Lo único que sabemos es que Palpatine se vuelve un dictador tras la
abolición del Senado, pues solo él ostenta el poder, contando con Darth Vader
como su mano derecha y ayudado de subalternos (una suerte de aristocracia
militar). Merece la pena destacar como el Imperio fomenta la meritocracia. La
sustitución de los antiguos clones por nuevos reclutas de toda clase y
condición favorece el acceso a las instituciones (esto se ve con algunos
ascensos que suceden durante la saga, o con el propio Han Solo, de quien se
hablará más adelante, quien adquiere su formación de piloto gracias a las
academias imperiales).
Pero más allá del intento de estabilidad mediante las
continuas patrullas de soldados imperiales a través de la galaxia, que se
limitan a cumplir con su labor coercitiva (como cualquier Estado) con el
control sobre los territorios (lo que da a entender que presumiblemente se
lleva a cabo alguna labor recolectora de impuestos) y la lucha contra el crimen
organizado (como por ejemplo como se ve contra los grupos de Hutt) no parece que
por lo demás esto se traduzca en efectos reales sobre el ciudadano de a pie (se
desconocen campos claves como son la educación y la sanidad dentro del Imperio).
En este contexto surge el movimiento extremista, como
se explicará posteriormente, conocido como “Alianza Rebelde”, que podría
considerarse un grupo terrorista, entre cuyos líderes se mezclan el fanatismo
religioso, narcotraficantes y familiares de poderosos cargos imperiales, lo que
resta credibilidad al movimiento. Este grupo, del que se desconoce su origen,
financiación y motivación real, más allá de considerar al Imperio como una
fuerza opresora y brutal, no indican nada acerca de cuáles son sus ideales
políticos, ni que pretenden una vez hayan acabado con él.
Es cierto que el Imperio se sirve de cazadores de
recompensa, pero todo ello dentro lo que se podría considerar el terreno de
guerra sucia contra el terrorismo. Ciertamente el acto más destructivo llevado
a cabo por el Imperio es la destrucción del planeta Alderaan, pero todo ello en
un intento de acabar con la rebelión mediante una muestra de su poder, en lo
que se consideraría un “menor mal”. Comencemos explicando cada uno de sus
líderes y el por qué dicha decisión podría ser considerada como un menor mal.
En primer lugar nos encontramos con la princesa Leia
Organa, hija de Darth Vader (aunque parece que ambos lo ignoran) quien es
capturada eficazmente por un grupo de soldados imperiales liderados por su
padre. Ella se encontraba en lo que denomina una misión diplomática, cuando
realmente está desarrollando una actividad de espionaje al trasladar los planos
de la nueva estación espacial del Imperio denominada “Estrella de la muerte”
para ponerlo en conocimiento de los rebeldes. Poco antes de ser hecha
prisionera, encripta en un androide dicha información y se la envía a un antiguo
Jedi, Obi Wan Kenobi, mentor de su padre también, que se encuentra en el
planeta Tatooine. Por todo ello, cuando declara que Alderaan es un planeta
pacífico (dentro de un interrogatorio mantenido con las autoridades, quienes
intentan descubrir el centro de operaciones del grupo rebelde) indicando además
que no cuenta con armas ¿no podría ser claramente otra mentira dentro de su
actitud colaboracionista con los rebeldes?
Esto implicaría que Alderaan es por tanto un objetivo
militar legítimo y argumentaría su destrucción en el marco de las operaciones
de lucha contra este grupo. Las opciones previas que se barajarían ante un
supuesto de similares características serían las siguientes: invadir el
planeta, depurar los colaboracionistas y sustituirles por gobernantes leales al
imperio. Esto habría supuesto un ingente envío masivo de tropas, sin llegar a
garantizar el éxito contra un movimiento que se sirve de la lucha de guerrillas
y que podría haberse expandido, desestabilizando la zona, y traduciéndose en la
pérdida de millones de vidas. Todo ello sería el motivo por el cual se adopta
la decisión de destruir Alderaan.
Volviendo al desértico planeta Tatooine, será aquí
donde aparezca otro personaje clave en esta historia: Luke Skywalker (casualmente
hijo también de Darth Vader). A través de las películas vemos cómo pasa de ser
un granjero, viviendo una vida tranquila junto a sus tíos, hasta convertirse en
todo un terrorista fanatizado (asesinando a miles de personas con la
destrucción de la Estrella de la muerte, asesinando a su parte tras haberle
mutilado previamente y llegando a tener una relación incestuosa con su hermana).
Luke vive al cuidado de sus tíos, creyendo que es huérfano,
y sin contar con muchos amigos. Sueña con tener más edad para enrolarse en las
fuerzas imperiales y salir de la granja, donde lleva una vida insípida y sin
aspiraciones, lo cual no parece reportarle ninguna satisfacción. Por ello se
entiende que el Imperio para él es una forma de alcanzar estabilidad en su vida.
Todo cambiará radicalmente con la compra de unos androides (los que había
mandado Leia) que le harán entrar en contacto con Obi Wan Kenobi.
Tras una serie de infortunados acontecimientos, como
lo es la muerte de sus tíos a manos de tropas imperiales, mientras están
buscando los androides que contienen los planos de la estación espacial (en lo
que podría considerarse un daño colateral de dicha acción) Luke, quien se
encuentra en estado de shock tras encontrar los cuerpos carbonizados, se
entrega a las enseñanzas de Obi Wan, quien le indica que debe dejar todo atrás,
conduciéndole al movimiento rebelde y guiándole en las enseñanzas de la fuerza
así como en el uso de diferentes tipos de armamento. Para ello contactarán en el
puerto de Mos Eisley, con otro personaje que terminará siendo uno de los
cabecillas de la rebelión: Han Solo, un antiguo piloto imperial reconvertido en
contrabandista/narcotraficante, a las órdenes de un esclavista (Jabba el Hutt)
El culmen de la conversión de Luke es cuando en el
transcurso del duelo mantenido entre Darth Vader y Obi Wan a bordo de la
Estrella de la muerte, este último, al ver que es observado por Luke, decide
inmolarse al considerar que se trata de una oportunidad única que servirá de
inspiración para la plena radicalización de Luke, quien lo verá como un martir.
Se habla mucho de lo ineficaces que son los soldados imperiales y de su mala
puntería, pero realmente lo que pretenden cuando les disparan no es acabar con
ellos sino simplemente capturarles (es el propio Obi Wan quien habla de la
puntería de dicha tropa por lo que resulta evidente cual eran la intención real)
En cuanto a la fanatización de Luke, la prueba más
evidente es la destrucción de la Estrella de la muerte, aniquilando a todo
aquel que se encontraba en ella (lo que incluye al personal no militar que
estuviese en las instalaciones). Además tras estos hechos, continuará su
adiestramiento en el planeta Dagobah de la mano del místico Yoda, quien le
ayudará a profundizar más en su entrenamiento físico como en su educación
moral, en una actividad de reacondicionamiento mental (o lavado de cerebro) lo
que explicaría su transformación de ser un joven tímido y sonriente a una
persona oscura, taciturna y que no duda a la hora de matar (como hace con toda
la tripulación de la nave de Jabba el Hutt o con su padre). Debe indicarse que
Darth Vader lucha hasta el final por intentar reconvertir a su hijo e implantar
una monarquía galáctica tras derrocar al Emperador, aunque finalmente fracasa.
Por último hay que indicar que la Alianza Rebelde
logra derrocar al Imperio. Después de la rebelión, con la destrucción de la
segunda estación espacial imperial, debe entenderse que con la desaparición de
las estructuras de poder se establece un estado de absoluto caos y anarquía como
si de una especie de Somalia galáctica se tratase, en la que múltiples
facciones lideradas por señores de la guerra luchan entre sí por el poder.
Dicho todo esto cabe preguntarnos ¿Quiénes son los buenos y los malos
realmente? ¿Qué sucede a continuación? Todo ello nos lo contestará J.J.
Abrahams. Para ello tendremos que esperar al 18 de diciembre con la nueva
película de la saga.
THE RADICALIZATION
OF LUKE SKYWALKER: A JEDI´S PATH TO JIHAD
http://decider.com/2015/12/11/the-radicalization-of-luke-skywalker-a-jedis-path-to-jihad/
The
destruction of Alderaan was completely justified
The
Case for the Empire-. Everything you think you know about Star Wars is wrong.
Jar Jar is a Sith
https://www.reddit.com/comments/3qvj6w