lunes, 13 de abril de 2015

¿Qué es el amor?

¿Qué es el amor?

Hablar del amor es como intentar poner puertas al campo. Es un concepto que no necesita de explicación cuando se conoce y solo en una palabra abarca una graduación tendente a infinito de algo que no se puede clasificar.

Complejo y no sé hasta qué punto irracional es el amor cuando entra en conexión con la componente sexual.  El castellano es una lengua bastante rica, pero sorprende como para algo tan extenso como es el amor solo encontramos una única palabra. La RAE da numerosas acepciones a la palabra amor siendo sus primeras cuatro acepciones las siguientes:

1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.

4. m. Tendencia a la unión sexual.

Lo cierto es que si te detienes a reflexionar sobre el contenido de estas acepciones podrías sacar las siguientes máximas:

1º. El amor es un sentimiento intenso y natural de atracción hacia otra persona que nos completa y nos da ganas de vivir.
2º. Parte del estado incompleto del ser, procura completarse por la reciprocidad en el deseo a la unión, con la entrega y el afecto.
3º. La máxima expresión del amor se alcanza en conjunto con la unión sexual.

¿Y qué es la amistad? ¿Es acaso la hermana pobre del amor? Si nos quedamos con las primeras dos máximas anteriores podríamos hablar de amistad verdadera y entonces ¿Cuál sería la diferencia del amor? Yo entiendo que donde hay amor hay también amistad, pero nunca a la inversa, y la diferencia radica en que la amistad es altruista y el amor es egoísta. El amor va más allá y trasciende, siendo algo prácticamente inexplicable.

Cuando se habla de necesidad ¿es realmente una necesidad el amor? Si consideramos que el amor es una consecuencia de estar vivo, negar el amor sería negar la vida y por tanto nos encontraríamos ante una disfunción de la persona, un muerto en vida.

Son muchas las clases de amor que se han intentado clasificar a lo largo de los siglos, pero eso no es realmente amor. Culturalmente yo distingo el amor de otras dos versiones menores, que no son amor pero forman parte de él:

-          Cariño: es el peldaño anterior al amor. Sientes que la persona te completa y te preocupas ella.
-          Afecto: el nivel más bajo, que solo implica la inclinación positiva hacia el otro.

El amor posiblemente ha rellenado más hojas en la historia que ninguna otra materia. Desde el punto de vista científico también ha sido objeto de estudio. La explicación biológica vendría a decirnos que el amor solo responde a nuestra programación genética, el instinto, para garantizar la supervivencia de la especie y del individuo.

Al hablar de la especie, vertiente altruista,  volveríamos sobre los pasos del ciclo de la vida: nacer, crecer, reproducirse y morir; y al hablar del individuo, vertiente egoísta, lo haríamos del completarse. En conjunto tendríamos la vida del ser, porque de la unión de ambos se aprecia la perpetuación de la rueda que gira sin fin, desde el punto de vista científico. Pero hablar desde esta perspectiva es un reduccionismo puro, en tanto que puede haber unión sexual en base a la atracción física, producirse procreación, pero no haber amor por ninguna parte.

Si entramos en un terreno más avanzado, el de la psicología, nos encontramos con la teoría triangular del amor de Robert Sternberg, que describe el amor como una relación interpersonal cimentada en tres pilares:

-     - La intimidad: el conjunto de sentimientos compartidos por la pareja que en base a la confianza y la reciprocidad promueven el acercamiento y permiten la unión.
-      -  La pasión: es la necesidad de la unión con el otro, con la componente del deseo sexual y romántico y la excitación psicológica.
-      -   El compromiso: la decisión de amar a la otra persona a corto plazo y planificar conjuntamente a largo plazo. Luchar por mantener ese amor, tanto en los buenos como en los malos momentos.

En base a esta trinidad el autor entiende distintas clases de amor dependiendo de si cuentan o no con uno de los pilares, considerando que el amor consolidado, el más difícil de alcanzar y mantener, es aquel que cuenta con intimidad, pasión y compromiso. ¿Y porque no agregar la empatía? La identificación con el otro va más allá de la intimidad y la pasión pues vendría a ser el auténtico sentimiento de ser completado ¿y la confianza? ¿Es lo mismo hablar de confianza que de intimidad? ¿Por qué no hablar de desnudez? ¿No sería el amor verdadero una auténtica fusión de seres tanto a nivel mental como puramente biológico?

El amor es una energía que solo sabes que está, pero no la entiendes.  Se habla de mariposas en el estómago, del corazón desbocado. Solo sabes que está pero no lo entiendes. Es una energía que te hace sentir bien, estar feliz, pleno. Te preocupas por otra persona, quieres su bien y lo pasas mal si ella también lo pasa. Es la complicidad, la empatía, las ganas de estar junto a ella. Hace que te muevas, que intentes superarte y dar lo mejor de ti. En definitiva, solo sé que no sé.


Como decía al principio, para mí el hablar de amor es como intentar poner puertas al campo. Intenté buscarle una explicación pero me doy cuenta de que es inexplicable. Comencé a escribir esta entrada, con un título de lo más pretencioso, para intentar darle forma y nombre a algo que no lo tiene, y creo que no he fallado.  Solo sé que cuando es de verdad, está más allá de la capacidad de describir y explicar.  

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