sábado, 20 de abril de 2013

Bram Stoker


El 20 de Abríl es un día peculiar. Día de la lengua china por Naciones Unidas es también el día del 420 para los Waldos (la gran fiesta del cannabis). Es la fecha del fracaso, que marcó la disolución de la Sociedad de Naciones y lo que esta supuso, y también la de una última victoria (la del Barón Rojo, que consiguió sus derribos 79 y 80 un día como este pero de 1918). Es la fecha de nacimiento de dos personajes que zarandearon Europa en dos siglos sucesivos y de uno de los mayores cómicos de todos los tiempos, Harold Lloyd, pero tambien es tristemente la fecha del adiós a Benny Hill y a Cantinflas, y a uno de los autores más destacados del siglo XIX, Abraham Stoker, creador de uno de los personajes más socorrido de todo el Siglo XX: Drácula.
Bram Stoker
Bram Stoker


Hijo de Abraham Stoker y la feminista Charlotte Mathilda Blake Thornley, Bram nació en Clontarf (Irlanda), 8 de noviembre de 1847 en una familia de clase media-baja. Su precaria salud le obligó a llevar a cabo sus primeros estudios en su hogar con profesores privados, ya que pasó sus primeros siete años de vida postrado en la cama por diversas enfermedades, periodo durante el cual su madre le contó historias de fantasmas y misterio que más tarde influirían en su obra.

En 1864, ingresó en el Trinity College, donde se licenció con matrícula de honor en matemáticas en 1870. Fue además campeón de atletismo y presidente de la Sociedad Filosófica. Mientras estudiaba, trabajó como funcionario en el Castillo de Dublín, sede del gobierno británico en Irlanda, donde su padre ocupaba un alto cargo, y como crítico de teatro para el Dublin Evening Mail. Aprobó durante ese periodo las oposiciones de Derecho para poder ejercer como abogado en Inglaterra, aunque núnca llegó a ejercer.

En 1878, cinco días antes de trasladarse a Londres, Stoker se casó con Florence Balcombe (quien había recibido propuesta de matrimonio también por su amigo Oscar Wilde), con la que tuvo un hijo, llamado Irving Noel.

Respecto a su carrera literaria en 1875 se publicó su primer libro The Primrose Path 1879 , pero habría que esperar hasta 1897 para que se publicase su obra más conocida: Drácula, la cual era considerada por el propio Stoker como su obra maestra ( pese a que la reacción de los críticos fue un poco decepcionante). Su última novela The Lair of the White Worm (tambien conocida como The Garden of Evil) fue publicada en 1911. Después de sufrir una serie una serie de infartos, Stoker murió en el número 26 de la plaza de San Jorge el 20 de abril de 1912. Incinerado, sus cenizas reposan en una urna de exhibición en el Crematorio Golders Green 

Lo cierto es que Bram Stoker no inventó los vampiros ya que su folclore se remonta a los inicios de la civilización, habiendo evolucionado el concepto con el paso del tiempo.Antes de su obra hubo muchas otras que trataban el tema de estos seres de leyenda con mejor o peor fortuna, pero ninguna a la altura ni del calado que supuso Drácula. Adaptaciones al cine, al teatro, a la televisión, comics...múltiples apariciones que han permitido al personaje mantenerse firme frente al paso del tiempo y dió paso a la aparición de otros personajes de su misma especie (como Nosferatu de F.W.Marnau, pasando por los vampiros posapocalípticos de Richard Matheson en Soy leyenda  y los personajes de  Las Crónicas vampíricas de Anne Rice) y sirvió de nombre a otros como M, el vampiro de Dusseldorf (pelicula de Fritz Lang que poco tiene que ver con el género).


Junto a otros seres, algunos ya existentes antes que Drácula (como Frankenstein) y otros posteriores (como el hombre lobo, la momia o el monstruo del pantano) que permitieron crear todo un subgénero dentro de la ciencia ficción y en el mercado del entretenimiento que llega hasta nuestros días, con versiones muy desvirtuadas y endulcoradas de todos estos terribles monstruos (aunque los de verdad no visten llamativo ni se ocultan en las sombras, los auténticos vampiros caminan bajo el sol con vidas respetables y esos son los que producen auténtico miedo).

                                              Count Von Count, este sí que da miedo

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