jueves, 18 de abril de 2013

Superman

Superman, el Hombre de Acero, El Hombre del Mañana, El Último hijo de Krypton. Son munchos los nombres por los que ha sido conocido este personaje, encarnación de los valores de Justicia, Libertad y Estilo de vida americano. Un símbolo como la Coca Cola o Mickey Mouse. Un ejemplo de fiel servicio a la patria, que fue publicado el 18 de abril de 1938, pero la verdad es que no siempre fue el inmaculado héroe que vemos hoy, sino una representación auténtica de Campeón de los pobres y de los oprimidos, como veíamos en su versión original.


Cuando Superman no era el chico bueno y combatía desahucios y estafas a accionistas
Primer número de Superman
                                                      
Último de su especie, Kal-L (nombre del personaje) es enviado a la Tierra por sus padres ante la inminente destrucción de su planeta, yendo a parar a los Estados Unidos. Un inmigrante más, un alien, es recogido y adoptado por el matrimonio Kent (unos amables granjeros que morirían poco antes de su mayoría de edad, lo que le conllevaría abandonar su pueblo para buscar trabajo como periodista en el Daily Star). Clark Kent, su alter ego, la identidad humana que se construye,  da una imagen de servicial, amable, responsable y pusilanime reportero, ninguneado por sus compañeros y por el personaje femenino de Lois Lane (quien a su vez está entusiasmada por su verdadera identidad, Superman). 


Más rápido que una bala, más potente que una locomotora, capaz de saltar sobre edificios en un solo salto. Como Superman lucha contra la injusticia enfundado en un traje digno de forzudo de circo y con una capa anudada al cuello (que no era otra cosa que la manta en que venía envuelto a nuestro mundo), con una actidud propia de un justiciero. Combatía la corrupción a todas las escalas, se enfrentaba al ejército y a la policía, a los maltratadores y a todo aquel que obrase de forma contraria al recto camino. Combatía problemas de rabiosa actualidad. Como lo describe el guionista Mark Waid era "un cruzado social, un perro guardián en la era de la Depresión".



Sus creadores, el guionista Jerry Siegel y el dibujante Joe Schuster, dos chicos judíos que se conocieron en un instituto de Cleveland (Estados Unidos), crearon a un vengador personal que se valía de su fuerza para imponer su criterio, sin importar si era conforme a la ley o no. Un ser a prueba de balas (basta decir que el padre de Jerry murió de un balazo por culpa de un atracador), venido a este mundo como una especie de Moisés cósmico, en una cesta galáctica. Tampoco le importaba matar a los malos, al contrario del estricto código ético que más tarde se marcaría.













                                                  Le quita la pistola a un policía corrupto

 

                                                                   Le amenaza





                                                                      
                                                                            Le dispara


                                                    Y en el último momento coge la bala

Los métodos de Superman estaban lejos de ser los del fiel colaborador con las autoridades, de hecho era entonces diana frecuente de los disparos de la Policía, incluso en una de sus primeras aventuras, ayuda a una banda de jóvenes delincuentes a esquivar a la policía porque considera que son víctimas de la violencia estructural. Su solución es destruir un barrio de infraviviendas, foco de marginalidad, para que el Ayuntamiento construya hogares nuevos. 
Superman daba soluciones sencillas a candentes problemas económicos, políticos y sociales complicados. Su éxito fue inmediato: se convirtió en un héroe de masas. Como consecuencia, dio lugar a un género, el de los superhéroes. Lo popularizó y propició la aparición de múltiples personajes como Flash, Linterna Verde o la Mujer Maravilla. También propició que los estudios Fleischer realizase una serie de cortos de animación del personaje, que están considerados como obras maestras del género. Incluso hizo apariciones en Biblia de Tijuana (publicaciones piratas que parecían personajes de tebeo, hechas en Méjico, de alto contenido erótico).





La Segunda Guerra Mundial marcó la inflexión de la ética de Superman. El final del conflicto supuso un cambio en el carácter del personaje hacia un héroe edulcorado, cambiando las tramas sociales y de lucha contra el nazismo y los japoneses, hacia la lucha contra la amenaza comunista y seres fantásticos que engrosarían la mitología del personaje (como Lex Luthor, Parásito, Bizarro y otros). Tambien se magnificaron sus poderes, hasta el punto que se volvieron ridiculos por convertir al personaje en un Dios, lo que hizo que poco a poco sus ventas fuesen descendiendo. Tendría que esperar el personaje un nuevo renacer con dos obras: ¿Qué fue del hombre del mañana? de Alan Moore y Man of Steel, de John Byrne (que da nombre a la nueva película del personaje) pero esa ya es otra historia.




Respecto a la influencia que ha tenido a posteriori el personaje, es indiscutible. Parodiado hasta la saciedad, solo las imitaciones/homenajes que se hicieron de la portada de su primer número sirven de ejemplo:
















El protector de los oprimidos. La maravilla física que ha jurado dedicar su existencia a ayudar a los necesitados. Superman, el ser que nos vió como seres miedosos e indecisos, como diría Tarantino en la película de Kill Bill mediante el personaje de Bill, interpretado por David Carradine, con un impresionante monólogo que supo retratar mejor que nadie la auténtica esencia del Superhombre de papel.








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